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Historias insólitas de la historia argentina






Barracas integraba el lote de los equipos débiles. Para avanzar a la primera categoría del futbol argentino, había contado con el vuelo mágico del arquero José Burucua Laforia, quien fue celebre por usar chambergo, un sombrero poco deportivo. Tan buenas habían sido las atajadas de LAforia en 1905 que de inmediato fue convocado para jugar en Alumni, el mejor equipo de aquellos tiempos (luego pasaría por independiente y por Racing). 
En Alumni a veces se aburría ya que los contrarios no llegaban hasta su arco. Entonces iba a mitad de cancha para departir con compañeros y contrincantes. En una de esas oportunidades, se lanzo en ataque y metió un gol de cabeza, con el chambergo puesto. Fue en un clásico del futbol de aquella era: Alumni vs. Belgrano Athletic (estos clubes luego se convertirían en contrincantes clásicos de Rugby). 


Mientras Laforia y el resto de los integrantes de alumni embarcaban en el puerto rumbo a montevideo donde diputarían semifinales del torneo sudamericano contra Wanderers, los barraqueros se reunían en Retiro a la espera del tren que los llevaría a Campana. 
Tres jugadores faltaron a la cita o llegaron tarde, que para el caso es lo mismo. El tren partió con apenas ocho jugadores. Para colmo, entre los ausentes estaba Wolfredo Diggs, el arquero. 
Winston Coe, socio fundador de Barracas y feroz lateral derecho, ocupo el puesto de arquero. 
“Fue un partido monótono en el curso del cual la supremacía del Reformer fue continua”. 
“En el primer periodo el Reformer hizo cuatro goles, triunfando en definitiva por 11 a 0” 
La crónica indica que varios goles fueron en claro off side. 


Esa tarde, el 26 de Agosto, en Montevideo, Laforia atajo como los dioses en el triunfo de Alumni frente a Wanderers por 2 a 0. En tanto que en Campana, el improvisado arquero de Barracas tuvo una actuación más que meritoria, gracias a su brazo derecho, por más que le hicieron once goles, fue la primera y única vez que un equipo empleo un arquero manco, como lo era Winston Coe. 




Fragmento de un capitulo del libro “Historias insólitas de la historia Argentina” 
De Daniel Balmaceda