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Pedagogia del aburrido

Imagen de la portada del libro

El título de este libro es una parodia y como es parodia es poco elegante aclararla. Pero lo que sí es destacable es la distancia que procura sugerir. La lectura del texto confronta con nuevas condiciones para pensar en situaciones pedagógicas.
Más allá de las destituciones “Pedagogía del aburrido”  permite revisar los procedimientos y las estrategias de la pedagogía del oprimido. Los chicos ya no están oprimidos sino aburridos, los autores se refieren a ese estado  para reflexionar y encarar su trabajo.

Los autores analizan las operaciones que realizan los niños y los jóvenes – con la televisión, las nuevas tecnologías informacionales, con los modelos mediáticos - así como también incursionan en los nuevos modos de fraternidad y vinculación adolescente. En esta segunda parte, surge una pregunta por demás polémica: ¿existe el pensamiento infantil? Porque de ser así, parecería que la subjetividad adulta es incapaz de percibir su dimensión,  a menudo decodificada como ocurrencia, gracia, anécdota. Este libro interpela a los adultos, no sólo porque pone en cuestión los procedimientos de la pedagogía clásica y crítica, sino porque exige –y a la vez propone – un ejercicio del pensamiento que permite abordar la experiencia de los chicos y los jóvenes tal como se configura en las condiciones actuales. Y pensar en los límites de la experiencia pedagógica, pensar a partir de lo que se manifiesta – el aburrimiento – es el primer paso para llegar  a nuevos puntos de partida.
El libro es efecto, una estrategia de pensamiento en la fluidez. O tal vez una interpelación inevitable: hay que pensar porque la existencia está subordinada al pensamiento.